sábado, 30 de julio de 2016

Internet o el libro  que vendrá*
Celso Medina



El libro tiene su historia; ese fajo de papel que compramos en las librerías, remates o en kioscos; ese objeto que tomamos de las bibliotecas, que nos regalan, etc. no ha sido siempre el mismo. Y sus cambios tienen que ver con dos cosas: con el soporte que lo ha contenido y con la intención de sus creadores. Es el único instrumento que no es la extensión de ninguna parte del cuerpo. Para Borges  “…  el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación".

El libro : su pasado, su futuro

Entrevista con Roger Chartier

Internet, e-book, proyecto Google: Roger Chartier, profesor del Collège de France, analiza estos fenómenos a la luz de la historia. Una pregunta inédita se coloca frente a nosotros: bajo su forma electrónica, el texto quiere beneficiarse de la fijeza, como los libros de papel, ¿o quizás abrirse a las potencialidades del anonimato y de una multiplicidad sin fin? Lo más seguro es que con la multiplicación de los soportes editoriales, de los diarios y de las pantallas diversas las prácticas de una sociedad, al contrario de lo que oímos por aquí y por allá, haga que se lea más.





La Vie des idées: Quisiera evocar con usted la manera como el objeto libro se metamorfosea hoy bajo la influencia de las tecnologías ligadas a Internet (los e-books, las impresiones por demanda, etc.). ¿Puede usted hablarnos sobre alguna de las mutaciones que el libro ha conocido desde la invención del códex?
 Roger Chartier: El primer problema, es ¿qué es un libro? Es una pregunta que se hacía Kant en la segunda parte de Fundamentos de la metafísica de las costumbres, donde definía muy claramente lo que es un libro. De un lado, es un objeto producido por un trabajo de manufactura, cualquiera sea él- copia manuscrita, impresión o eventualmente producción electrónica-, y que pertenece a quien lo adquiere. Al mismo tiempo, un libro, es también una obra, un discurso. Kant dice que es un discurso dirigido a un público, que es siempre propiedad de aquel que lo ha compuesto y que se difunde a través del mandato otorgado a una librería o a un editor para hacerlo circular entre ese público.
A manera de Manifesto literario
Aimé Cesaire




Es inútil endurecer nuestro pasado, más rancio que las lunas, su rostro de treponema pálida.
Es inútil apiadarse de nuestra indecencia con tus sonrisas de quistes purulentos
Policías y agentes
Denunciamos la gran traición loca, el gran desafío nostálgico macabro, el impulso satánico y la insolente deriva nostálgica  de las lunas viejas, de caminos libres, de vómito negro...
Porque nosotros te odiamos, a ti y a tu razón, nos quejamos de la demencia precoz, la locura flameante,  del canibalismo tenaz.

sábado, 23 de julio de 2016

El maestro que vendrá

Celso Medina

Fotograma de la Película La Pared, de Pink Floid



Casi fue una profecía aquella noticia lapidaria de Friedrich Nietzsche en Así hablaba Zaratustra en la que se nos informaba que Dios había muerto. Muerte que no fue forjada solo por los filósofos vitalistas de finales del siglo XIX, también de alguna manera Comte y Spencer habían contribuido a construir esa tumba contra lo religioso. Su religión de la ciencia y del dato infestó la modernidad de una incredulidad aguda. De manera que con  Nietzsche y con los positivistas nos quedamos sin salvavidas, en medio de una orfandad trágica. Todo el siglo XX nos la pasamos sufriendo  de ella. Los dioses hebreos fueron perdiendo su espacio en Occidente. Valéry decía a comienzos del pasado siglo "Hemos descubierto que somos mortales". Y esa conciencia de precariedad, lejos de volcarnos hacia una nueva mirada a lo divino, nos hizo más soberbio, reinstaló la primacía del mito del Titán, dios vencedor, que utiliza el poder para dominar, no para hacer que circule democráticamente la autoridad de las instituciones.

¿A qué juegan los literatos?

A propósito de: Hélène Merlin-Kajman. Leer en la boca del lobo. La literatura, una zona a defender


Florent Coste


Ilustración; Celso Medina


Con Leer en la boca del lobo, Hélène Merlin-Kajman viene  a aportar una pieza nueva en el dossier de la “crisis de la literatura” que se ha cristalizado luego de una decena de años alrededor de dos problemas conexos- el de la dificultad de definir la literatura; y el de una difícil unificación teórica de los estudios literarios. Se trata de un libro que se toma el tiempo de desmarcarse y de rebarajar las cartas. Leer en la boca del lobo busca en efecto desplazar el debate sobre un plan pedagógico, para abrirlo a la cuestión decisiva de las virtudes democráticas de la literatura. Este ensayo, si no se toma como una militancia, como lo sugiere su título, no concede nada  a una cierta forma de compromiso en las situaciones concretas de lectura, que examina con paciencia y atención. Se sustenta en efecto en una serie de experiencias concretas de lectura, de la que la autora sirve de testimonio[1], y donde los textos leídos (Baudelaire, Cardinal de Retz, Daudet, Molière, Shakespeare, Zola, etc.) alimentan la ocasión de análisis reflexivos circunstanciados, capaces de poner en crisis las interpretaciones transmitidas por reflejos teóricos y rutinas hermenéuticas.
Para hacer el retrato de un pájaro

Jacques Prévert (1900-1977)

Ilustración: René Magritte




Pinte primero una jaula
con una puerta abierta
pinte luego
algo bonito
algo simple
algo bello
algo útil para el pájaro

sábado, 16 de julio de 2016

Nadar con conciencia*

Celso Medina



Quisiera comenzar mi intervención, leyéndoles este cuento del escritor norteamericano, muerto prematuramente, en el 2008, David Foster Wallace:
Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez más viejo que nadaba en dirección contraria; el pez más viejo los saludó con la cabeza y les dijo: «Buenos días, chicos. ¿Cómo está el agua?». Los dos peces jóvenes siguieron nadando un trecho; por fin uno de ellos miró al otro y le dijo: «¿Qué coño es el agua?

Este cuento lo extraigo del libro del filósofo italiano Nuccio Ordine, titulado La utilidad de lo inútil, publicado en el 2013, en el que dicho autor defiende a las humanidades de las andanadas de improperios que estas reciben por los pedagogos de las competencias y de los practicismos.
Melancolía

Émile Cioran
Ilusstsración: Celso Medina


Todo estado del alma tiende a adaptarse a una exterioridad correspondiente a su género, o bien a transformarlo en función de su propia naturaleza.  Todo estado esencial y profundo desarrolla en efecto una correspondencia íntima entre los planes subjetivos y objetivos. Sería absurdo concebir un entusiasmo imbricado en un medio chato y cerrado;  en el caso en que eso se produzca, a pesar de todo, sería debido a una plenitud excesiva, tendiente a subjetivar el medio entero.  Los ojos del hombre ven en el exterior lo que es, de hecho, una tortura interior. Ello resulta de una proyección subjetiva, sin la cual los estados del alma y las experiencias intensas no pueden conseguir su acompañamiento.  El éxtasis nunca es un fenómeno puramente interno- él transporta al exterior la ebriedad luminosa del adentro. Es suficiente mirar el rostro de un místico para comprender toda su tensión espiritual.

Horizonte quimérico


Jean de La Ville de Mirmont

Ilusstración: Celso Medina

I
Nací en un puerto y desde niño
He visto pasar por aquí países diversos.
Atento a la brisa y siempre presto a partir,
Mi corazón jamás tomó el camino de la mar.

sábado, 9 de julio de 2016

Los  narcisos


William Wordsworth


Ilustración: Celso Medina


Vagaba solitario, como una nube
que flota en lo alto, sobre valles y montañas,
cuando de repente, vi una multitud,
 un enjambre de dorados narcisos;
 junto al lago, bajo los árboles,
 moviendo como alas sus pétalos y danzando en la brisa.

sábado, 2 de julio de 2016




Naturaleza y muerte en Julián Padrón
(A propósito de Candelas de Verano)


Celso Medina



La  historiografía literaria venezolana tiene aún pendiente la tarea de fijar los hitos que delimiten las fronteras entre el costumbrismo y el cuento contemporáneo venezolano. ¿Cuándo nuestra cuentística dejó de ser “Cuadro de costumbre”, “Estampa criolla”, “Relato de tradición”, etc. para adquirir estatura estética autónoma?  Luis Barrera Linares sostiene que en esa frontera habría que situar al Criollismo como movimiento en que se acunó la génesis de nuestra cuentística definitiva.

Franskestein: Un individuo


Robert De Niro, en Frankenstein, película de Kenneth Branagh

Miguel Benasag

Traducción del francés: Celso Medina


El cuerpo como enemigo

Paradigma del sujeto autónomo, en lucha por dominar el mundo, la figura del individuo moderno no puede ser separada del sueño, del proyecto central de la modernidad, que tiene como eje principal el cientificismo y el racionalismo.  Según este ideal, la conciencia, como forma del sujeto de la racionalidad, se opone a su enemigo más inmediato y más cotidiano: el cuerpo, el propio   cuerpo de cada uno de nosotros. En esta óptica, cada quien, en la misma medida en que participa de la “iluminación”, por mediación de la conciencia, se coloca no obstante en esta misma “condena”,  desafío éste que se   genera por el hecho de poseer un cuerpo.


Poemas en prosa de Alosyus Bertrand


Ilustración: Celso Medina

 

Harlem


Cuando en Amsterdan el gallo cante
la gallina de oro de Harlem pondrá

 Las Centurias de Nostradamus


Harlem, esta admirable comedia qui resume la escuela flamenca, Harlem pintada por Jean Breughel, Peeter-Neef, David Téniers y Paul Rembrandt ;