Vivir y sobrevivir en la universidad
Para su tesis doctoral en educación en la UPEL-Maturín, la licenciada Ruth Acosta me pidió que contestara el siguiente cuestionario. Las preguntas se hicieron a partir del concepto de plenitud, que trabaja la filósofa alemana Hannah Arendt. Ofrezco mis respuestas a los lectores, porque ellas me dan la oportunidad de fijar posición sobre la dramática crisis que vive no solo mi universidad, la UPEL, sino toda la universidad venezolana.
Habría que darle concreción a eso de la plenitud. Son muchos los puntos de vistas que hay sobre ella. Para mí la plenitud universitaria consiste en que el espacio escolar trascienda sus límites de informar, y se aboque a formar desde una visión total de la educación. Ahora es fácil informarse acerca de los aconteceres científicos, pero no es fácil entrar a su dimensión ética. La Universidad no es una fábrica de profesionales, sino una casa que permite que los profesionales asuman su condición de ser a plenitud. Y para eso no basta llenar a los egresados de los contenidos de sus asignaturas; hay que proveerlos de gestos que maduren esa plenitud de la que habla Hannah Arendt.