Sobre el equilibrio y
la coherencia
Celso Medina
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Lo que nos hace humano
es nuestro cuerpo vertical. Si fuésemos horizontales, lo tuviéramos más fácil.
Dios o la naturaleza -elija usted- hizo al hombre un ser cuya tarea esencial es
retar la gravedad. El horizonte es reposo, no tiene posibilidad de caer. Somos
lo contrario: seres que podemos caer. De modo que nos definimos siempre como
retadores del equilibrio. Ya Darwin nos contó de qué manera fueron apareciendo
nuestros órganos. No fueron regalos, sino producto del nuestro hacer en el
mundo. Y mucho menos nuestra verticalidad fue gratuita; costó mucho erigirnos.
Pero el árbol es también vertical; sí, pero inmóvil. Su verticalidad es
llevadera. En cambio, la nuestra no lo es; se nos va la vida en sostenernos de
pie.