viernes, 13 de septiembre de 2019

Jesús de Nazareth o la apuesta perdida
Celso Medina


Mi madre nunca me explicó por qué me puso Celso  (en griego: Κέλσος [Kelsos]). Apenas tenía ella 22 años cuando yo nací. Aprendió a leer mucho tiempo después. De modo que nada podía saber del origen griego de mi nombre. Ignoraba que quien lo portó, allá en la Grecia del siglo II, era un rabioso anticristiano, que acusó a María, la madre de Cristo, de haberse amancebado con un soldado romano para dar origen a Jesucristo. Por supuesto, la abuela Manuela, jamás supo tampoco del origen de ese nombre. Si lo hubiera sabido, no hubiera consentido que me lo pusieran, ya que rememora la injuria contra una figura a la que rezaba todos los días.

jueves, 12 de septiembre de 2019

La Amazonía, el rostro ecológico de Dios
Frei Betto*



El Sínodo de la Amazonía, convocado por el Papa Francisco para octubre, tendrá lugar en Roma en una decisión equivocada del Vaticano, pues originalmente estaba programado para desarrollarse en el corazón de la selva. Allí se debatirá más  la presencia de la Iglesia Católica en esa región interconectada y cada vez más violenta y desigual.
El bioma amazónico abarca nueve países y ocupa más de 7 millones de km² habitados por 34 millones de personas, de las cuales 3 millones son indígenas, que dominan 340 idiomas diferentes. Allí cada metro cuadrado tiene más diversidad que en cualquier otro lugar del planeta. El bioma posee tres tipos de ríos: el de superficie; el subterráneo, conocido como el "alter de la tierra"; y los "ríos voladores", llamados así por acumular vapor en la atmósfera y distribuirlo en forma de lluvia en toda América del Sur.
Las viejitas
Charles Baudelaire

Ilustracion: Celso Medina



Traducción del francés: Celso Medina


A Victor Hugo
I
En los pliegues sinuosos de las viejas capitales,
donde todo, incluso el horror, se convierte en encanto,
vigilo, obedeciendo a mis humores fatales
a esos seres singulares, decrépitos y seductores.

Esos monstruos dislocados fueron en la antigüedad mujeres,
¡Epónimas o Lais! Monstruos rotos, jorobados
O torcidos, ¡amémoslos! Aún tienen almas.
Bajo las enaguas ahuecadas y bajo los fríos tejidos

Ellos reptan, flagelados por vientos inicuos,
Tiemblan con el roce rodante de los ómnibus,
Y apretando en su caso,  como una reliquia,
Un pequeño saco bordado de flores o de rebús;