sábado, 30 de abril de 2016

El pueblo como coartada


Celso Medina

La democracia contemporánea enfrenta un reto acuciante: navegar en contradicciones que cada día se multiplican, una de ellas es su definición de pueblo. Su arquetipo ideal, la democracia griega, no previó ese concepto.
No es cierto, pues,  que etimológicamente la palabra democracia signifique “gobierno del pueblo”. En efecto, significa gobierno de los ciudadanos. Y la ciudadanía era un privilegio de quienes vivían en la ciudad, y vivir en la ciudad significa tener propiedad, ser habitante privilegiado de la polis. La igualdad, entonces, era entre iguales. Aristóteles define al hombre libre como aquel que no depende de nadie, que no necesitatrabajar para poder existir, que tiene todo el tiempo para ejercer su libertad. En oposición, estaban los que trabajan para él. En el ágora hablaban “los iguales”.

sábado, 23 de abril de 2016

Cervantes o la sabiduría moderna

Celso Medina




¿Quién fue Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)?  Un hombre sabio de los siglos XVI y XVII, que actúa como bisagra entre el Renacimiento y el Siglo de Oro Español. Un hijo de un hogar medio, que no quiso ser cirujano como su padre y sus abuelos, con un hogar nómada, que le impidió que su infancia fijara algunas raíces.

Fernando del Paso

“Soy ambisiniestro”

(Discurso íntegro de Fernando del Paso en la ceremonia del Cervantes. 2016)


Majestades, Señor Presidente del Gobierno, Señor Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Señor Rector de la Universidad de Alcalá, Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid, Señor Alcalde de esta ciudad, autoridades estatales, autonómicas, locales y académicas, querida esposa–oíslo-e hijos, queridos parientes y amigos que me acompañan, queridos todos, Señoras y Señores:
La del alba sería, cuando timbró el teléfono de mi casa y yo pensé que si no era una tragedia la que me iban a anunciar, sería la mal obra de un rufián que deseaba perturbar mis buenas relaciones con Morfeo, o quizás el mago Frestón. Pero no fue así, por ventura: era mi hija Paulina quien desde Los Cabos, Baja California, me anunciaba haberse enterado que me habían otorgado este premio, lo cual colmome de dicha pese a que desde ese instante las múltiples llamadas telefónicas que recibí por parte de amigos, parientes y periodistas, incluyendo los de España, para ratificar la gran nueva, no me dejaron volver a pegar el ojo. Yo, ni tardo ni perezoso acometí de inmediato la empresa de despertar a cuanto amigo y pariente tengo para informarles lo que me habían comunicado.