A
manera de Manifesto literario
Aimé
Cesaire
Es inútil endurecer nuestro pasado, más rancio
que las lunas, su rostro de treponema pálida.
Es inútil apiadarse de nuestra indecencia con tus sonrisas
de quistes purulentos
Policías y agentes
Denunciamos la gran traición loca, el gran desafío
nostálgico macabro, el impulso satánico y la
insolente deriva nostálgica de las lunas viejas,
de caminos libres, de vómito negro...
Porque nosotros te odiamos, a ti y a tu razón,
nos quejamos de la demencia precoz, la locura flameante, del canibalismo tenaz.
Consideremos:
La locura que vuelve al
espíritu
La locura que clama
La locura que ve
La locura que se desata.
!Basta de este cadáver insípido¡
No naufragados. No limpiadores de fosas. No hienas. No chacales.
Y el resto ya lo sabes:
La locura que clama
La locura que ve
La locura que se desata.
!Basta de este cadáver insípido¡
No naufragados. No limpiadores de fosas. No hienas. No chacales.
Y el resto ya lo sabes:
Que dos más dos son
cinco
Que el bosque es mío
Que el árbol está en peligro
Que el cielo es
¿Quiénes somos? ¡Pregunta valiente!
Detestables. Fundadores. Traicioneros. Hechiceros. Hechiceros, sobre todo. Pues queremos a todos los demonios.
Los de ayer, los de hoy
Aquellos grilletes, aquellos del arado
Que el bosque es mío
Que el árbol está en peligro
Que el cielo es
¿Quiénes somos? ¡Pregunta valiente!
Detestables. Fundadores. Traicioneros. Hechiceros. Hechiceros, sobre todo. Pues queremos a todos los demonios.
Los de ayer, los de hoy
Aquellos grilletes, aquellos del arado
Aquellos de la
prohibición, de la prohibición, de la fuga
Y no tenemos intención de olvidar aquellos navíos negreros...
Entonces cantamos
Cantamos las flores venenosas que florecen en el prado rabioso, los cielos de amor cortados de embolia; las mañanas epilépticas, el blanco abrazo de las arenas abisales,los
descensos a las noches perdidas fulminadas por olores silvestres.
Y no tenemos intención de olvidar aquellos navíos negreros...
Entonces cantamos
Cantamos las flores venenosas que florecen en el prado rabioso, los cielos de amor cortados de embolia; las mañanas epilépticas, el blanco abrazo de las arenas abisales,los
descensos a las noches perdidas fulminadas por olores silvestres.
¿Lo que puedo?
Es preciso comenzar
¿comenzar qué?
La única cosa que en el mundo vale la pena empezar.
El fin delmundo, ¡en verdad!
Tonterías
Oh tonterías del terrible otoño
donde crece el nuevo acero y el vigoroso cemento
Estúpido oh estúpido
donde el aire oxida grandes placas de alegría maliciosa
Donde el agua purulenta corta los grandes rostros del sol
Yo te odio
El molino lento muele la caña
El buey muy lento no se traga el molino
¿Será lo suficientemente absurdo?
La única cosa que en el mundo vale la pena empezar.
El fin delmundo, ¡en verdad!
Tonterías
Oh tonterías del terrible otoño
donde crece el nuevo acero y el vigoroso cemento
Estúpido oh estúpido
donde el aire oxida grandes placas de alegría maliciosa
Donde el agua purulenta corta los grandes rostros del sol
Yo te odio
El molino lento muele la caña
El buey muy lento no se traga el molino
¿Será lo suficientemente absurdo?
Los pies descalzosse
plantanen el asfalto
El asfalto muy suave no ilumina los pinares
de la floresta de los pies desnudos
En realidad, no se puede entender nada.
Todavía vemos mujeres con pañuelos en las caderas, argollas en sus orejas. Sonrisas en sus bocas, los niños en sus pechos, y basta:
BASTADE ESTE ESCÁNDALO!
El asfalto muy suave no ilumina los pinares
de la floresta de los pies desnudos
En realidad, no se puede entender nada.
Todavía vemos mujeres con pañuelos en las caderas, argollas en sus orejas. Sonrisas en sus bocas, los niños en sus pechos, y basta:
BASTADE ESTE ESCÁNDALO!
He aquí, pues, señores el apocalipsis
Así que aquí, sin pompa de los emprendedores de losfunerales
Sin juicios los hombresdel juicio final.
En vano en la frialdad de su garganta murmura veinte veces el mismo pobre consuelo, porque somos murmuradores de palabras.
Así que aquí, sin pompa de los emprendedores de losfunerales
Sin juicios los hombresdel juicio final.
En vano en la frialdad de su garganta murmura veinte veces el mismo pobre consuelo, porque somos murmuradores de palabras.
En vano: cuando pasa en el cielo de aterciopelado
La resplandeciente sentencia poética.
Oh Loco
Su desaparición febril, tu oclusiones
de ojos, tu parálisis
tus contracturas
Y tus pulso al galope
tus contracturas
Y tus pulso al galope
¡Brillantemente te desmentirán!
¡Palabras! Cuando palpamos pedazos de este mundo, cuando abrazamos continentes en delirio, cuando forzamos puertas coléricas, ¡palabras!, pero palabras de sangrefresca, palabras contundentes, erisipélicas, maláricas, de lavas, de incendios, la carne yciudades en llamas.
Aprende bien:
Actúo solamente en el año1000
Nunca actúo si no es en La Grande Peur
Moldeate a ti mismo.Yo no me moldeo a
ti.
A vecesme venen un gran gesto del cerebro, tragando una nube
muy roja, ola caricia de la lluvia, o de un preludio del viento.
A vecesme venen un gran gesto del cerebro, tragando una nube
muy roja, ola caricia de la lluvia, o de un preludio del viento.
No te tranquilices exageradamente:
Yo forjo la membrana vitelina que me separa de mí mismo.
Yo forjo las grandes aguas que me rodean de sangre
Soy yo,nadie más que yo, quien
detiene mi lugar en el último tren de la última onda de la última avalancha
Soy yo, nadie más que yo
El que habla con la última agonía
Que me garantiza el
cálamo
Las primeras gotas de leche
virginal
A veces te encuentras que estás sobre la luna, atento, un gran latido del perro ladrando.
No hubo advertencias de las buenas luces grises, sino simplemente un gran faro, y un gran rugido tigre fortificado en la espesura del aire.Y estabas atrapado de pronto en una red líquida de rendición sumaria, los barcos no iluminados, el fuego del pelotón, de flujo del bálsamo.Y tu temblor indecible.
Entonces nuestro infierno te
agarrará por el cuello.
Nuestro infierno doblegará tus esqueletos magros
Tus gracias de pájaro nada exorcizará.
Basta. Jamás los olvidaré.
Soy un cadáver, con los ojos cerrados, que codifica el morse frenético en el tejado estrecho de la muerte
Nuestro infierno doblegará tus esqueletos magros
Tus gracias de pájaro nada exorcizará.
Basta. Jamás los olvidaré.
Soy un cadáver, con los ojos cerrados, que codifica el morse frenético en el tejado estrecho de la muerte
Soy un cadáver exuberante en el río adormecido de sus miembros
Un grito de acerono confundido.
Tú
¡Oh tú que te tapas los oídos
¡Oh tú que te tapas los oídos
Es para ti, es a ti a quien hablo, a
ti a que
descuartizarás mañana las lágrimas la paz serena de tus sonrisas,
A ti que una mañana guardaste en un
saco mis palabras y caerás dormido en la hora
cuando duerman los difuntos miedosos;
Oblicuos los senderos de las fugas y
de los monstruos.
Tomado
de: CESAIRE, Aimé. En guise de manifeste littéraire. Tropique ,
Fort-de-France n.5 p. 7-12, avril, 1942. Traducción: Celso Medina
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