La ciudad luminosa
(fragmentos de una novela inédita)
Enrique Pérez Luna
El castillo
preside la ciudad en que vivo
entre historias
el viento preside el castillo de la ciudad en que vivo
a ojos y oídos
el cuento de muchachos que levantan castillos
de arena en la playa
y levantan castillos de arena al ojo
y orejas de polvo al aire
y los cuentos y las historias que hicieron la ciudad
en que vivo.
Eduardo Gasca.
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Cumaná, San Francisco |
Al comienzo el cielo y el mar parecían unirse y el
azul se extendía más allá de las montañas. El verde cubría la tierra y había
grandes árboles. El río que partía en dos la extensa sabana a veces se
convertía en varios ríos y las tierras eran fértiles. Todo eso era bueno. Cerca
de la desembocadura vivíamos y más allá en lo alto del cerro había una piedra
grande desde donde se veían los colores del arcoíris. Después vinieron los
fantasmas que salieron del mar,…
A veces bajo por la ladera y voy bordeando el río que
pasa lento, a veces llego lejos. Al comienzo me asustaba meterme hasta el
follaje y perderme en el camino, el camino largo y empedrado conduce no se
adonde y del río van apareciendo otros pequeños ríos que lo inundan todo. Son
caminos de agua que se ven cada vez más pequeños mientras subo y voy bordeando
la orilla, el brazo grande del río se hace más grande, son aguas ahora agitadas
con rápidos caudales que parece que inundarán las casitas.
A
veces bajamos y atravesamos la primera parte del camino sin alejarnos de las
casitas, a ella le da miedo sobre todo cuando desde arriba mira las aguas
agitadas; quiero seguir pero nos sentamos sobre la Piedra Grande, desde allí
vemos todo, el mar es azul y el cielo también lo es; ella dice que de noche
deben verse lindas las estrellas, le respondo que pueden verse tan cerca que
podemos tomarlas con las manos, ríe y le propongo quedarnos esta noche, me mira
y vuelve a reír, la risa me contagia y la veo diferente.
A
veces bajo por la ladera, los muchachos juegan y ríen, estamos solos, nos
acercamos, ella me cubre los ojos y nuestros corazones laten más rápido, el mar
es más grande y más azul como el azul del cielo, vemos las estrellas cuando
pasan cerca de nosotros, el río deja un raro sonido que se arrastra por la
noche.Nos reímos cuando nos separamos del grupo y subimos hasta la Piedra
Grande, la piedra donde ella y yo somos como las estrellas, la tarde va
pasando, las estrellas van saliendo, saliendo, saliendo siempre brillantes.