El peligro de que
desaparezca la política
Celo Medina
Ilustración: Celso Medina |
Ahora que muy pocos desean saber
de política, acudo yo a hablar de la educación como política. La
reticencia con lo político pudiera deberse a que lo hemos
considerado como asunto ajeno. Y el problema no es que hemos dejado
la política a los políticos, sino que ellos pocas veces hacen
política, más bien hablan de ella. Una muela o una rodilla deben
cumplir sus funciones silenciosamente. Cuando se dejan sentir, es
para jodernos la vida. Así tendría ser la política, debe funcionar
sin que hablemos de ella. Sin embargo, en Venezuela esta actividad es
ejercida por perorateros sin ideas, especie de perritos pavlovianos
cuyo pensamiento ha sido sustituido por el reactivismo; es decir, el
dime qué dices tú, adversario, para enrostrarte mi negación. Y en
vez argumentos, pululan las consignas y los tópicos.