Intermedio o lapsus
Anne-Marie
Albiach
Ilustración: White on White (Malevich, 1918) |
Traducción:
Celso Medina
- Anne-Marie Albiach nació en 1937 y murió en el año 2012. Esta poeta francesa comenzó publicando poesía en 1967 y de inmediato fue reconocida como una portentosa creadora, poseedora de una voz original, cuya poesía se le considera una continuidad de la poética mallarmeana. El cuerpo y la página en blanco, constituyen el centro de su preocupación como escritora. Los críticos la ubican entre quienes practicaron la poesía blanca o abstracta. En los años 60, participó en la aventura de la revista Siècle à mains, con los poetas Michel Couturier y Claude Royet-Journoud. También fue traductora de poesía, en inglés.
1
El
deseo sería una transmutación de lo que simula ser real. Transmite
una dinámica del cuerpo al lenguaje. El deseo se consigue en el
distanciamiento de una pulsión hacia lo escrito. Sería la fuerza de
un pasaje de primer grado a un grado segundo. El deseo resulta como
el soporte de la ficción. Tiende hacia la corporeidad alternativa
del concepto. Lo propio del deseo sería desaparecerse- y en esta
sustracción que le es inherente, podemos considerar el fenómeno de
la entropía.
2
Los
blancos, o los espacios, para nada quieren generar negatividad. Los
blancos, aunque algunas veces son originalmente consecuencia
de una sustracción, participan de alguna manera de una orquestación
musical, o de la teatralización del juego de la escritura.
La
voz toma de ella su aliento- y la mirada parece conseguir en las
runas el disfrute de un texto no minado, pero desplegado en la
página. Un instinto imita una cierta amplitud- un instinto
verificado en el desarrollo de un despliegue no lineal de la
sintaxis.
El
blanco deviene una necesidad interna en el texto- y el blanco es
también textual por una resonancia que crea- en lo que podríamos
llamar volumen-y el despliegue analítico. El blanco juega su doble
con la estructura del texto. El blanco sería constitutivo y
contrapunto de un lirismo alternativo.
4
La
multiplicidad de los caracteres participa del desarrollo sintáctico.
Vendría a ser la puesta en perspectiva del texto, o una tonalidad
diversa. Las itálicas, las comillas, capitales indican una distancia
interna, una modulación de la frase. Los caracteres trabajan el
volumen analítico. Pueden indicar o destacar el modo de
escritura/lectura. Las comillas engendran falsas citas, para una
referencia segunda del texto en su constitución. Las capitales o
pequeñas capitales son víctimas de una violencia en una afirmación
denunciada o simulada.
Todos
quisieran dejar que la voz y la visión se modulen de manera
diferente en esta escenificación del relieve lingüístico.
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Más
que barroco sería lírico. Se ha sometido a un canto- incluso a un
placer que algunas veces duele, en el desarrollo de una relación con
el cuerpo y la memoria. Hay también una ornamentación de la
“herida” y del Deseo.
14
Un
compromiso físico en el sentido de que el cuerpo se proyecte en lo
escrito- donde el texto responda al aliento. En el sentido también
de una reintegración del cuerpo por el texto.
En
el compromiso de ese aliento que se elabora estaría el espejo de lo
escrito en el cuerpo. El escrito podría modificar el cuerpo bien en
el disfrute, bien en el sacrificio.
Es
el compromiso físico de un cuerpo modulado por la ficción. Una
ficción carnal o conceptual: el cuerpo colocado en el abismo- el
cuerpo generalizándose en la sintaxis.
Viniendo
a la imagen del cuerpo- y su refracción, la imagen arriba concreta.
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La
página se ofrece como un objeto. Adquiere volumen, trabaja quizás
como una escultura. La página no existe aislada una vez trabajada-
la página sería un objeto de Deseo en su soporte. Habría que
identificarla, perderla, finalmente encontrarla.
La
página es también la pantalla- o la vitrina a través de la cual el
texto se hace cuerpo.
La
página tiene su ética propia al igual que su estética.
Aparece
arbitrariamente en sí.
Su
lado estático (del texto en relación con el espacio) hace que según
el formato del volumen, la página reinvente su estructuración: una
equivalencia.
La
página sería a la vez sensual y abstracta. Se impone y se evade. La
página no existe- se ha creado: se revela. Es un paso de lo negativo
a lo positivo.
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