viernes, 31 de agosto de 2018


Angela Davis:
"¿Qué hemos dejado atrás?"
Virginie Despentes



La controversial socióloga Ángela Davis, novia del famoso Georges Jackson, líder del movimiento contestario negro de Estados Unidos de los 70, quien pasó de ser un simple prisionero, por un robo de una gasolinera, a convertirse en la figura emblemática de los Panteras Negras, conversa aquí con la diva del llamado destroy punk francés, a quien se le atribuye varios oficios: vendedora de disco, prostituta, polémica autora de la película Fóllame(1998) y de novelas como Perras sabias (1998), entre otras obras. Davis pone en evidencia hasta dónde la injusticia social en Norteamérica se disfraza de una cínica grandeza. La conversación entre las dos aguerridas mujeres se produjo con motivo del estreno en Francia de la Película Free Angela.

  • Traducción del francés: Celso Medina



Un día, la segregación racial en los Estados Unidos fue abolida. Los negros obtuvieron el derecho al voto. Las mujeres también. Y Ángela Davis fue puesta en libertad, contra toda expectativa razonable escapó a la pena de muerte. Es eso lo sigue transmitiendo incansablemente: lo que era impensable puede ocurrir, pero nunca sin un esfuerzo colectivo tesonero. La entrevista fue a propósito del estreno en los cines franceses del documental Ángela Libre (Free Ángela), el 3 de abril.

Usted ha estado presente frecuentemente en los campamentos de Ocupas (Occupy). ¿Qué encuentra en este movimiento innovador?
-No debemos subestimar las luchas del siglo XXI, y no debemos subestimar lo que Internet permite. Un encuentro tan masivo, tan rápido, era impensable sin esta nueva herramienta. Hubo campamentos en el mundo entero. En Estados Unidos, lo que hace de Occupy un movimiento verdaderamente nuevo, es que no se hacía crítica colectiva del capitalismo desde los años 30.Eso era diferente en Europa, porque allí siguió trabajando la crítica al capitalismo. Pero en Estados Unidos, la propaganda anticomunista era tan fuerte que era imposible ser tomado en serio si criticábamos al capitalismo. Y Occupy, lo ha hecho posible de nuevo. Cuando se habla de Occupy como un evento fugaz, respondo que los campamentos eran el lado espectacular del movimiento, visible. Durante meses personas vivieron juntas, y pasaron sus días hablando de política. Que no existan más no quiere decir que no pasó nada. La Movilización contra los desalojos viene de allí, y estas protestas son importantes. Muchos activistas de Occupy se involucraron en el movimiento contra las prisiones.


Usted lucha por la abolición de las prisiones. ¿Es la cuestión de las prisiones central?
-Hay alrededor de 2,5 millones de personas tras las rejas en Estados Unidos. Esto representa el 25% de la población carcelaria en todo el mundo. Sin embargo, la población de los Estados Unidos representa sólo el 5% de la población mundial. Los Estados Unidos es una "prisión". Las prisiones son complejos industriales. La desproporción de los negros en prisión ha de ser subrayada. Se trata de una política de gestión, esta es la forma en que tratamos el problema del exceso de población. Se trata de una población que no puede encontrar su sistema actual. No hay suficiente trabajo, el sistema educativo ha sido completamente desmantelado, la atención sanitaria privatizada, confiada a las multinacionales, y estos cambios se deben al sistema de capitalismo global. Entonces, ¿qué nos queda? Se destruyen los servicios sociales allí donde existían. Tenemos los ciudadanos que no pueden encontrar un medio de supervivencia en este sistema. Tenemos una solución: los ponemos en la cárcel. Y esta política ya no se practica sólo en los Estados Unidos, se va extendiendo a otros países. Países de Europa, América Latina, África, se les animó a seguir el ejemplo estadounidense y construir cárceles para gestionar esta población. Los bancos globales, el FMI afirma que se niegan a invertir en la educación o los servicios sociales, sino se comprometen a construir prisiones.

¿Cuáles fueron según usted, en retrospectiva, las estrategias de los movimientos de los años 70 que llevaron a la victoria?
-El internacionalismo fue fundamental. Sin este concepto, nada de esto habría sido posible. La solidaridad entre los países. Por ejemplo, Europa ha servido a menudo como un disparador en los casos de racismo en los Estados Unidos. Nadie fue libre en los Estados Unidos hasta tanto la libertad no se logró en África. Y viceversa.
Era una idea muy importante, no volvimos a hablar de la interseccionalidad, término acuñado por el feminismo muy útil. Pero entendimos que existían vínculos entre las luchas de los trabajadores, la lucha feminista, la lucha contra la segregación. Lo que nos falta hoy en día, creo yo, es constancia y paciencia. Fuimos a la calle masivamente. Un día. Incluso en la política, nos comportamos como una comida rápida: las soluciones vendrían tan pronto las expongamos en el mostrador. La política requiere paciencia. La guerra de Vietnam, por ejemplo, tomó diez años de manifestaciones y de lucha, sin parar, para que las voces fuesen oídas. No surgió de una jornada de movilización espectacular y luego siguió adelante.

A veces tenemos la impresión de que en Europa las políticas no pueden sino ejecutar las órdenes dadas por las multinacionales. ¿Todavía cree en el concepto de Estado?
-Por desgracia sí, hoy los estados están enredados en sus relaciones con las principales industrias. El capitalismo global significa que los fondos del mercado monetario e industrias atraviesan fronteras a su antojo. A diferencia de los seres humanos que son controlados estrictamente en sus movimientos. Pero el Estado sigue siendo la autoridad que permite a las industrias hacer lo que hacen. Para que las industrias de Estados pudiesen desmantelar sus actividades sobre sus territorios e instalarse en Asia, América Latina, fue necesario en primer lugar que el cambio de las leyes lo permitiesen. Hubo que desregular. Lo contrario era posible. Los movimientos de resistencia deben ponerse en marcha para que las leyes se voten y regulen las acciones de las multinacionales.

¿Dónde ubica al feminismo usted?
El feminismo no se trata tanto de género, sino de ciertas maneras de pensar, para entrar en la lucha. El feminismo, como una herramienta, está disponible para todos, independientemente de su sexo, se trata de un método. Poco me importa que la gente se califique de feministas o no, lo importante es aprender as lecciones que el feminismo produce. Una vez más, habría que hacer visible las conexiones invisibles. ¿Dónde las personas que son violentas aprendieron que era correcto usar la violencia? Hay una conexión entre la violencia militar, la violencia de la policía, la violencia carcelaria y la violencia doméstica. Cuando hablamos de violencia, sistemáticamente olvidamos que el primer objetivo de la violencia son las mujeres en el mundo. Se pretende hacer creer que los dos temas, la violencia y las mujeres, no tienen absolutamente ninguna conexión. Es fundamental llevar este asunto al centro del debate.

Diario Liberation, jueves 21 de marzo del 20013. Pp. 24-25.


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