viernes, 20 de julio de 2018






Poemas de Abdelmajid Benjelloun

Abdelmajid Benjelloun, (Fès, 1944) es un escritor, poeta e historiador marroquí de expresión francesa, especialista en la historia del norte de Marruecos. Miembro fundador de la Casa de la Poesía de Marruecos. Doctor  en Derecho Público de la Universidad de Casablanca desde 1983. Ha sido profesor de la Facultad de Derecho de Rabat de 1976 hasta agosto de 2005,

Ilustración: Celso Medina


Amar a una mujer como si amásemos la resurrección

Soy solo un boceto de mí mismo
El original está en
Dios.

El alma es un caos de luz.

Dios ha debido revelarse a los primeros hombres a través de los sueños.

Estoy en el mundo y estoy en mí al mismo tiempo: ¿Habrá geometría más bella?

Cada palabra es un  estupor de la verdad.

En un rincón tranquilo del futuro, morimos todos.
Modestamente.

Morir, tener un pequeño sueño de avance sobre los otros.

Hay lugares misteriosos entre la palabra y el sentido.
Cuando la palabra es muy fuerte, casi no hay sentido.
Pongamos por ejemplo la muerte.

Siempre he visto el orgasmo como un vuelo fantástico de pájaros hacia un horizonte cerrado.

La mujer es un descubrimiento del amor.

Por momentos, me sorprendo pensando que la palabra tiene su espíritu incorporado.

¿Y si las estrellas no fuesen sino besos perdidos en medio de todos los besos que se dan los amantes?
En las alcobas, el perfume de las mujeres es soberbio porque es como un grito.

Seguramente somnoliento, como siempre, moriré.

Con mucha frecuencia, la verdad no triunfa sino cuando no es anunciada.

La mirada perfecta, aquella donde las cosas nos conciernen.

No seré célebre, no seré doctor, ninguna mujer se suicidará de amor por
mí, ninguna calle llevará mi nombre, no escribiré libros, no se escribirá nada
sobre mí, no se acordarán de mí, mi vida será irrisoria, pero, al menos, un nombre tendré en mi tumba.

Mi amotinada, mi vigilante evasiva de nupcialidad, ¿cuándo pondremos la risa en nuestro deseo?

Una joven camina en su danza dormida y ya en una lluvia de caricia, y
definitivamente es una muesca de canto.
Quiero complacerme en su perfume.
Quiero tranquilizar su felicidad.
Quiero su flor de arcilla rápida. 




La eternidad solo se inclina  del lado del amor


No me quisiera incluso si fuese yo mi único vecino.

Esta imagen del hombre saltando sobre la
Luna no es más extraordinaria que una piedra inmóvil.

Tanto está el hombre enfermo.
Su enfermedad es social.
Su enfermedad se llama odio.
Vive, pero se cura con el odio del otro.

Ese cómico imita algo que no existe.

Es el barco que muestra la ondulación del mar.

La paz no se importa, la guerra sí.

Hay cortesías que surgen por defecto de nobleza.

Ella me aporta un vaso para la sed.
Y lo bebo conmigo.

¡Mis manos cincelan, oh milagro, la piedra en sus senos!

Lo dibujos rupestres me esperan en casa de una niña joven.
Debo copiarlos sobre mi vida.
Lo sepa ella o no.

Los pasos, centelleos del viaje.

El silencio es un efecto secundario del infinito.

Es gracioso: la gota de lluvia caída sobre el árbol se aferra todavía a una de sus ramas
antes de caer al suelo.

Así se retira el poeta en el mundo.

Lo que me gusta de este artista flamenco, es que es un pintor de lo inaudible.

La piedra tiene la cabeza en la inmovilidad y los pies en el silencio.

Por inmovilidad, la piedra hace frente al absoluto.

De la piedra crece la inmovilidad como el sueño primero.

En la piedra, la inmovilidad es labor.


La flauta de los orígenes o la danza taciturna



Esta imagen querida por las ratones: una forma de amar a
Dios para remontar el cielo paralelamente al descenso del
Corán.

Escucha esta bella frase de un místico: el creyente debe ser una prueba de
Dios.

La poesía, es también el lenguaje preciso del extravío.

Cuando escucho la música que me fascina, sacudo la cabeza como si contara todas
las penas de mi vida a mis ángeles.

La flor ronca del amor.


En verdad todos los amores están en peligro.

La mujer precipitadamente bella.

Lo que le ocurre a esta mujer, es simplemente una agravación de la sonrisa.

Habría de tiempo en tiempo que ordenar en su libertad la deriva, por una cuestión de higiene
religiosa.

Si quieres saber cómo los
Árabes aman, míralos escuchar
A Oum1
A Koultoum2.

1 Oum El Ghaït Benessahraoui (en árabe : أم الغيث بنت الصحراوي), llamada Oum, nacida el 18 de abril de 1978 en Casablanca, es una cantautora marroquí, considerada como una embajadora de la cultura marroquí, mezcla en sus canciones las influencias hasani, jazz, góspel, soul, afrobet y música sufí.
2 Oum Kalthoum ou Oum Kalsoum (en arabe أم كلثوم), su nombre completo es  Oum Kalthoum Ibrahim al-Sayyid al-Beltagui, es una cantante , música, y actriz egipcia, nacida en Tmaïe El Zahayira (Egipto) el 30 décembre 1898 y muerta el 3 de febrero de 1975 en El Cairo. Llamada el « Astro de Oriente », es considerada, cuarenta años luego de su muerte, como la más grande cantante del mundo árabe. Su compromiso en las obras de caridad, le valió el nombre de la “cantadora del pueblo”.


¿Quién ahoga mi aliento?


Un hombre ha enloquecido porque no ha podido habituarse al mar de su respiración.

Los ruidos extraños que se producen en medio de la noche en mi cámara son el efecto de
la impaciencia de las palabras en reposo.

El pan frío que comemos, mi madre dice que nos ha liberado.

A cada rato, me encanta hacerme el desentendido.

Escuchando a este hombre inteligente desarrollar sus pensamientos, tengo la certeza repentina de que
sus manos reflexionan mejor que su cerebro.

Nuestra mano desborda absolutamente, porque está precisamente vacía.

Cada tarde, debo sacar a pasear la bestia furiosa de mi deseo de morir.


Traducción del francés al español: Celso Medina

No hay comentarios: